martes, 23 de noviembre de 2010

Te diste cuenta.

Laura, es tarde. Anda a dormir.
Ahora voy mamá, respondí con vos cortada mientras me acurrucaba en la silla frente al computador. Era una noche bastante divertida comparada con otras, ya que hoy nos tocaba una nueva sesión online con algunos compañeros y conocidos de la facultad. Pero esta no iba a ser como todas las anteriores, ya que una de las chicas había agregado a una nueva persona, alguien quien yo creía saber quien era, pero como siempre me pasa,   me había confundido.
Fue una velada magnifica, entable una pequeña pero agradable conversación con este extraño. Me callo dentro de todo bien... y hago una pausa para aclarar que: a pesar de ser muy "sociable", no todo el mundo me cae bien.
Continúo...
Transcurría la semana de los mas normal, trabajo, facultad, casa. No me había animado a preguntar por el no-conocido de la conversación, ya que supuestamente tenía que saber quien era, aunque un poco de duda seguía despierta en mi.
Una de las nochecitas en clase, comenzé a escuchar una voz imponente fuera del salón, la cual me hacia recordar a un compañero que el año anterior había cursado conmigo, como supuse que era imposible que fuese él, no le preste mas atención por lo que restaba de la hora.
Al salir del salón me dirigí como de costumbre al buffet de la facultad, en una mesa del fondo estaban sentados algunos de los chicos que pertenecían al grupo de chat, por lo cual me senté con ellos. Estaban hablando de la ultima junta, por lo cual aproveche el momento para nombrar a ese extraño.
¿Como que no sabes quien es?, me respondieron a coro los chicos, lo primero que se me ocurrió responder fue un: Bueno euu! , no caigo quien es, no había terminado de decir la oración que los chicos llamaron a alguien que recién entraba al lugar. Cuando llego a la mesa nos presentaron. Laura, él es Fede. Él respondió diciendo, ah si ya se quien es ella es la chica de la conversación. (Y de estas tan simples y cortas palabra me di cuenta de que él si sabia quien era yo, por lo tanto quede como una tonta, y de que esa voz era la que me había llamado la atención cuando estaba cursando) Aunque saber ahora quien era el misterioso chico de la conversación, me sentía tensa frente a el. No me pasa muy a menudo, era raro para mi.
Nos pusimos a hablar de las vacaciones, y valla coincidencia Fede iba a ir y a hacer lo mismo que yo este verano, eso me llenó de alegría hasta que dijo que su viaje lo empezaba antes que el nuestro, por lo tanto o en conclusión no nos íbamos a cruzar. (Un segundo, en que momento dije yo que quería cruzarlo, o mejor dicho porque quería cruzarlo) Y así comenzó mi problema existencial hacia esta persona.
Necesitaba un momento para ver que era lo que mi cerebro quería decir con todo esto. Pero después de un tiempo no me dio respuesta alguna, por lo que entendí, estaba ya pasando la barrera de la cordura y no tenía idea de lo que me pasaba.
Maldito momento en que te uniste a la conversación y al momento en que empezaste a ser parte de mi, obviamente si que vos lo supieras.
Los días continuaron igual, pasaron a ser semanas en los cuales muy pocas veces nos veíamos, sea porque yo o él no viajábamos o directamente no nos coincidían los horarios. En alguna circunstancia te cruzaba en el pasillo, y fumábamos un cigarrillo mientras hablábamos de alguna que otra cosa. Mas tarde me anime a agregarte a mi pagina en el computador para cruzar algún que otro buen día, y para terminar siendo como quien no quiere la cosa un pequeño psicoterapeuta online. Y llegó un momento, el cual me asustó, en que decidí preguntarle a mi corazón por todas aquellas extrañas cosas que desde un principio pensaba y que mi cerebro no me respondía. Sentí, una pequeña cosquilla del lado izquierdo de mi pecho, era una señal, algo que era evidente en mi y no quería aceptar.Éste chico me atraía de alguna manera extraña, la cual no podía entender.¿Tendría que contárselo?, ¿Debería contárselo? o tendría que callar este sentimiento que estaba naciendo en mi. No dude y me decidí a comunicarle MI noticia especial.
Pasaron millones de oportunidades, pero callé en todas. Dude de mi misma, esta insegura. Según el no tenía que tener un autoestima bajo, pero como hacerle saber que él hacia generar eso en mí, ya que yo sabía que era una persona muy egocéntrica.
Esa mañana, una mañana normal como la de todos los días, él me escribe. Nos pusimos a hablar un rato, cosas normales como las que siempre charlamos. Y volví a entrar en duda si contarle o no lo que decía mi corazón. Estaba tratando de llevar la conversación al punto donde las palabra me salgan naturalmente, pero cuando llegó el momento donde mis indirectas no llegaban a más y esas palabras iban a ser volcadas a una escritura sincera y no tan detallada, él solo se digna a poner que se iba, que tenía cosas para hacer. Por supuesto que no podía hacer nada al respecto, aunque no aguanté más y le escribí: Será que cada vez que tengo que decirte algo importante te vas, puede ser que el destino no quiera que te lo diga.
Recibí una sola respuesta a esa rara frase, la cual me descolocó totalmente y decía, que aunque no le digiese las cosas y que él se haga el tonto, no significase que no se hubiera dado cuenta, o no las supiese. Escuché un ruidito y se desconectó. Me había quedado helada, no sabía que decir o que pensar. ¿Seré tan obvia? Todavía no eh vuelto a hablar con el, tampoco lo eh visto. Así que quedará pendiente el final de esta historia, y aunque no me gusten que las cosas queden pendientes, no hay otra forma de saberlo.

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