Y ahí estaba yo, desplomada en un sillón. No sabia que hacer, como enfrentar la verdad, una tan fuerte que iba a cambiar mi vida para siempre. Como decirle la verdad a mi familia, amigos y sobre todo a él. Como haría para contarle que esa noche cuando nos reconciliábamos por décima tercera vez en lo que iba del año había terminado en la creación de la cosa mas maravillosa que alguien puede esperar... un hijo.
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